Entrevista con Pedro Borges, entusiasta de la tecnología y los idiomas

En la era de la información digital y los medios sociales, las barreras de las industrias se han reducido sustancialmente, permitiendo incluso a los adolescentes formar parte de campos históricamente profesionales. Pedro Borges tropezó con una página de Facebook sobre diseño gráfico cuando sólo tenía 12 años, y cayó la primera ficha de dominó de su vida profesional.

Lo que empezó como una afición a hacer vídeos con letras de canciones que le gustaban en YouTube se convirtió en un deseo de hacer que sus vídeos tuvieran más chispa y mejor aspecto, lo que le llevó a descubrir las páginas de diseño en Facebook. Ya había estado involucrado en el mundo de la producción de vídeo a través de Youtube y luego se introdujo en el diseño a través de Photoshop antes de encontrar la comunidad profesional de diseñadores.

"Las comunidades de Facebook fueron el principio de todo", dice Pedro. "Yo era solo un aficionado, pero algunas de las personas de los grupos de Facebook eran profesionales, y eso me permitió aprender, pulir mi técnica y crear mi portafolio de diseño gráfico".

Las fichas de dominó siguieron cayendo cuando alguien se puso en contacto con Pedro a través de Facebook para preguntarle si podía ayudarle a diseñar un sitio web, algo en lo que Pedro no tenía experiencia en aquel momento.

"Realmente no estaba seguro de cómo hacerlo, pero me dije, 'hmm ok, dame algo de tiempo, y veré lo que puedo hacer'", dijo Pedro. "Así que me informé sobre CSS y HTML, y me aficioné a la programación".

Afirma que su primer sitio web no era tan bueno y se limitaba a una "simple barra de navegación con la información que quería", pero funcionaba como una forma de dar un uso tangible a lo que estudiaba en su tiempo libre, lo que entusiasmaba a Pedro.

Fue quizá el paso más significativo en su desarrollo profesional, ya que quedó cautivado por las ilimitadas posibilidades que ofrecían la programación y la codificación, que permitían a Pedro utilizar tanto su pensamiento creativo como analítico.

Cuando sus pasiones empezaron a tomar forma, Pedro se dio cuenta de que quería tener un impacto social en el mundo a través de la programación. Al principio quería crear una plataforma de estudios en línea, pero le preocupaba que ese sector ya estuviera saturado y quería hacer algo más único y con un impacto aún más directo.

Recordó cuando estudiaba inglés en el colegio y se dio cuenta de la importancia de conocer una lengua tan importante. Al mismo tiempo, se dio cuenta de que muy pocos brasileños conocían la segunda lengua de Brasil, el lenguaje de signos LIBRAS, y un profesor le comentó que había muy pocas plataformas en línea para personas con discapacidad auditiva.

"Empecé una startup con un amigo llamada BabelXXI para ayudar a las personas con deficiencias auditivas a aprender LIBRAS", dijo Pedro. "Luego nos presentamos a este concurso de startups, INOVA Challenge for Startups, y acabamos ganando el segundo puesto en la división de educación".

Su amor por los idiomas continuó cuando aprendió francés en casa tras ver una impactante película francesa. "Enseñar idiomas a la inteligencia artificial para que pueda desarrollarse y entender mejor la comunicación humana".

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