Colombia puede tener un desarrollo económico más fuerte y compartido
Colombia puede tener un desarrollo económico más fuerte y compartible. Necesitamos una nueva generación de filántropos estratégicos e innovadores sociales.
Cielo Holguín creció en Moravia, el barrio de Medellín que empezó siendo el basurero de la ciudad. De crecer con todas las probabilidades en contra, Cielo es hoy reconocida internacionalmente por su organización, la Fundación Oasis Urbano, que está diseñando un modelo innovador de desarrollo comunitario. Cielo es el tipo de líder que podría transformar el país.
Por desgracia, Cielo sigue siendo una excepción.
Descubrí el motivo cuando me trasladé a Colombia para fundar LALA: había muy poca filantropía estratégica. Escuchaba a otros emprendedores sociales: "si quieres recaudar fondos, hazlo fuera de Colombia".
Pero en Colombia hay miles de fundaciones. ¿Qué ocurre entonces? Esto es lo que he visto:
- Relativamente pocas empresas y familias de las clases altas son filantrópicas;
- Los que donan un porcentaje relativamente bajo de su presupuesto/riqueza;
- Gran parte de esta filantropía se destina a financiar sus programas y organizaciones, no otras empresas sociales;
- Seguimos pensando que es casi inmoral que las personas que trabajan en el sector social ganen un salario atractivo para los mejores profesionales.
Con fondos limitados para posibles emprendedores sociales, tienen que conformarse con ganar muy poco o nada, vivir con sus padres o trabajar en sus empresas en su tiempo libre. ¿Quién puede permitirse hacer tales sacrificios o asumir tales riesgos? Muy pocos, y normalmente los más privilegiados. Por eso Cielo es tan ejemplar.
El problema de este sistema es que limita el número de emprendedores sociales y, por tanto, el número de innovaciones posibles. Y los emprendedores sociales como Cielo -que han vivido en primera persona y conocen de cerca los problemas más complejos del país- juegan cuesta arriba: no tienen acceso al capital y los contactos que necesitan y operan en un país (y un continente) donde todavía hay demasiado sexismo, clasismo y racismo.
Pero hay buenas noticias: está surgiendo un movimiento para cambiar eso. Cuando David Vélez y Mariel Reyes se convirtieron en los segundos latinoamericanos en firmar el Giving Pledge y se comprometieron a donar la mayor parte de su patrimonio a lo largo de su vida, asistimos a la aparición de otro tipo de líder ejemplar: el empresario reconvertido en filántropo estratégico.
Ahora es el momento de promover una doble estrategia de desarrollo: un nuevo liderazgo empresarial y filantrópico, como el de David Vélez y Mariel Reyes, que allane el camino a una nueva generación de innovadores sociales como Cielo.
Si tienes una empresa o riqueza, no lances tu propia ONG. No limites el desarrollo del país a tus propias ideas y perspectivas. El coste de oportunidad es demasiado alto. Utiliza tus recursos, conexiones y habilidades para encontrar e impulsar a emprendedores sociales que dediquen su vida a resolver los problemas más complejos del país. Y hazlo con humildad: permite que el emprendedor social tome la iniciativa, y entra con la intención de aprender (si quieres saber más sobre el tema, te recomiendo el Informe Anual 2020 de Transformational Philanthropy, páginas 6-8).
Y no lo hagas solo. Únete al movimiento. Aquí tienes algunos ejemplos que espero que te inspiren:
- Felipe Medina, fundador de Filantropía Transformadora: promover una filantropía más estratégica en Colombia;
- Carolina Suárez, fundadora de Latimpacto: crear una comunidad de filántropos e inversores sociales para hacer un despliegue más estratégico de los recursos dirigidos a crear impacto;
- Sebastián Mejía, cofundador y presidente de Rappi: apoyo a empresas sociales detrás de las cámaras;
- Tania Rosas, de La Guajira, fundadora de la Fundación El Origen: ha desarrollado soluciones digitales que funcionan en comunidades sin acceso a internet y con dispositivos de bajo coste;
- Helena Valencia, joven líder chocoana, fundadora de Quibdó Leadership Academy e Innovation Girls: desarrollando una nueva generación de líderes chocoanas.
Si unimos fuerzas, podemos construir un sector social más amplio, plural, profesional y sostenible. Esto es lo que hacemos en LALA: buscamos jóvenes latinoamericanos de todo el espectro socioeconómico decididos a resolver los problemas más complejos de su entorno, los empoderamos para que se conviertan en las próximas Cielo Holguín y David Vélez, y construimos un ecosistema continental de hacedores de cambio. Imagina el futuro que podemos crear si desarrollamos no un puñado, sino miles de emprendedores, innovadores sociales, filántropos estratégicos y líderes éticos que colaborarán para transformar Colombia y el resto de América Latina.
Sobre el autor
Diego Ontaneda Benavides es cofundador y Consejero Delegado de LALA. Es peruano, estudió economía política en Williams College y Oxford, trabajó en McKinsey & Company y tiene un MBA de Stanford, donde incubó LALA. Ahora vive en Medellín.